Tu cerebro es maravilloso, pero no es perfecto. A veces olvida detalles importantes, como la cita con tu dentista o una reunión con un cliente. O puede no darse cuenta de las cosas esenciales de tu entorno, lo que le lleva a cometer errores que podrían causarte daños, enfermedades o simplemente alguna molestia. Si alguna vez te olvidaste de donde aparcaste el coche y te pasaste un buen rato buscándolo por todo ya sabes como funciona.
Puedes inclinarte a pensar que este tipo de errores son simples errores o que están causados por cosas como el estrés o la falta de tiempo. La realidad es que, a veces, el problema es la fuga de cerebros. Y es inevitable. Sin embargo, comprender cómo sucede puede ayudarte a lidiar con ello y así sentir que tienes control sobre tu vida.
1. A tu Mente le Gustan los Atajos:
Una de las mayores deficiencias de tu cerebro es que a veces es simplemente vago. Al tratar de resolver un problema o tomar una decisión, tu mente a menudo recurre a reglas generales o soluciones que han funcionado bien en el pasado. En muchos casos, este es un enfoque útil y efectivo. El uso de accesos directos te permite tomar decisiones rápidamente sin tener que buscar laboriosamente todas y cada una de las posibles soluciones. Pero a veces estos atajos mentales, conocidos como heurísticos, pueden hacer que tropieces y cometas errores.
Por ejemplo, puede que te aterrorice volar en avión porqué inmediatamente puedes pensar en varios accidentes aéreos trágicos. En realidad viajar en avión es mucho más seguro que viajar en coche, pero debido a que tu cerebro usa un atajo mental conocido como la heurística de disponibilidad, se engaña al creer que volar es mucho más peligroso de lo que realmente es. Saber esto no te mantendrá a salvo, pero te ayudará a estar más relajado durante el vuelo.
2. Tu Pensamiento Está Influenciado por Sesgos Ocultos:
Estas predisposiciones pueden influir en cómo percibes a las personas (efecto halo), cómo percibes los eventos (el sesgo retrospectivo) y a qué aspectos de una situación prestas atención al tomar una decisión (sesgo de atención).
Otro es el sesgo de confirmación, que puede llevarte a poner más énfasis o incluso buscar cosas que confirmen lo que ya crees, mientras que al mismo tiempo ignoras o descartas cualquier cosa que se oponga a tus ideas.
Dichos sesgos cognitivos pueden impedirte pensar con claridad y tomar decisiones acertadas sobre cualquier cosa de la vida.
3. A tu Cerebro le Gusta el Juego de la Culpabilidad:
Cuando sucede algo malo, es natural buscar algo que culpar. A veces, sin embargo, torcemos la realidad para proteger nuestra propia autoestima. En otras palabras, podemos haberlo arruinado pero no queremos responsabilizarnos de ello.
Por ejemplo, después de un día en la playa, te das cuenta de que el Sol te ha quemado la piel. Puedes decidir que la crema solar era defectuosa en lugar de reconocer qué solo te la aplicaste una vez.
¿Por qué nos involucramos en este juego de culpas? Los investigadores creen que muchos de nuestros sesgos atribucionales funcionan como una forma de proteger nuestra autoestima y protegernos del miedo al fracaso. De acuerdo con esta forma de pensar, las cosas malas te suceden debido a cosas que están fuera de tu control. Por otro lado, y no hay nada de malo en esto mientras sea cierto, tus éxitos son el resultado de tus rasgos, habilidades, esfuerzos y otras características internas.
4. Tu Cerebro Puede estar Ciego al Cambio:
Hay tantas cosas sucediendo en el mundo en un momento, lo que hace que pueda ser difícil para el cerebro comprender cada detalle. Como resultado, a veces es complicado no perderse por completo los cambios importantes que ocurren frente a nuestros ojos. Esto se llama ceguera al cambio. En los estudios, cuando unos interlocutores se intercambiaron durante una breve interrupción, la mayoría de personas ni siquiera notó el cambio.
Si estas ocupado concentrado en una cosa, tu cerebro simplemente tiene que desconectarse de otras grandes cantidades de información que no puede manejar al mismo tiempo.
Las expectativas también pueden jugar un papel importante. ¿Esperarías que una persona se transformara repentinamente en otra mientras hablas con ella? Por supuesto que no, así que no es tan sorprendente el efecto del caso anterior.
5. Tu Memoria No es tan Nítida como Crees:
La memoria no es una cámara de vídeo, preservando los eventos exactamente como ocurrieron. Es mucho más frágil, inexacta y susceptible a la influencia de lo que crees.
Las investigaciones demuestran que es sorprendentemente fácil hacer que alguien tenga recuerdos falsos de eventos que realmente no ocurrieron. En un estudio, los científicos encontraron que ver un vídeo de otras personas haciendo algo en realidad llevó a los participantes a creer que ellos mismos habían realizado la tarea.
Esto afecta tanto a la memoria a corto plazo (que puedes entrenar aquí) como a la memoria del pasado.
También tendemos a olvidar enormes cantidades de información, desde detalles triviales con los que nos topamos todos los días hasta información importante que necesitamos. La experta en memoria Elizabeth Loftus sugiere que hay algunas razones importantes detrás de estas fallas de memoria. No recuperar la información de la memoria, ser víctima de los recuerdos conflictivos, no almacenar información en la memoria y olvidarse deliberadamente de los recuerdos dolorosos son solo algunas de las posibles causas subyacentes del olvido.
Conclusión:
Tu cerebro es capaz de cosas increíbles, desde recordar una conversación palabra por palabra con un amigo a solucionar complejos problemas matemáticos. Aun así dista de ser perfecto. ¿Entonces que se puede hacer? No hay forma de evitar todos estos problemas potenciales, pero ser consciente de algunos de los sesgos, deficiencias de percepción y trucos de la memoria a los que tu cerebro es susceptible puede ayudar.
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